lunes, 29 de marzo de 2010

Paso la tormenta... Llega la calma...

Ahora es cuándo digo: No hay miedo.

Sin buscarlo, sin quererlo, renegando ya de ello, sin imaginarlo siquiera...



No me preguntes porqué....

Pero el destino quiso que llegarás en el peor momento.

Me encontraba perdida en medio de una tormenta en la que a consciencia o inconscientemente me había sumergido de lleno... Historias sin sentido, que no lograban hacerme sentir la necesidad de una vez más lanzarme al vacío... Dudas, miedo, incertidumbre...
Pero ante todo, la necesidad de ser yo conmigo misma, acorazada, egoísta, ciega por la necesidad de sentir más piel que cariño...



Sí, llegaste en el peor momento... Pero, lo estás convirtiendo en el mejor...



No me preguntes porqué...

Desde el primer momento, me deje llevar... No dude, no temí, olvide el pasado, no pensé en el futuro, decidí (y decido) vivir el presente...



Pero sí te digo qué...

Al principio no quise verlo más que como otra historia que llegaba otra vez para, dejarme como siempre en jaque. Pero, no podía ser, tú no venías escondida entre el humo, el ruido, la noche... Tú llegabas (llegaste) a mi desde más cerca y te acercabas más y más...

Confidente, compañera. Una eterna y dulce sonrisa, consejos, palabras que ahondaban en mí. Experiencias, vivencias idénticas, sueños, ilusiones compartidas...

No quise implicarme, sólo busque (en un principio) tatuarme en cada centímetro de tu piel... Pero, aún arrastrándome con pies de plomo, día a día, detalle a detalle, vas reviviendo lo que un día juré matar y enterrar en lo más hondo, dejarlo olvidado, enmudecer.
Voy despacio, calculando cada uno de mis pasos pero sin miedo. No tengo miedo, sólo encuentro CALMA...

Calma cuando te miro y tu sonrisa me dice que todo está bien, que me esperas, que hay tiempo de sobra... Que estás a mi lado.

Calma cuándo me dices que, ya no hay nada que perder, que ya hemos perdido demasiado. Que es tú momento, que es el mio.

Llega la calma, siento la paz... Cuándo, entre tú yo hacemos de la noche eterna. Cuándo pido que no entren por la ventana los rayos del Sol, que no llegue el día, quiero seguir sintiéndote mía.
Cuándo revolucionas mis sentidos, todo empieza como una suave brisa... Se convierte en huracán... Llega la quietud.
El sentir tu cabeza en mi pecho, recorrer lentamente con mis manos tu infinita espalda, acariciar con mis labios tu rostro, mirarte apacible a los ojos... Que en los míos fijes los tuyos...

Saber y creer, que en ese mismo instante, ya todo lo que una vez me quito el sueño se quedo atrás. El que arropes mi sueño con cada gesto, con cada acto, con la certeza de que con cada esfuerzo sacas poco a poco de su escondite mi confianza...

Una vez que no hay nada que perder, sólo queda ganar...
No sé si es el mejor momento. Sólo sé que no me importa...
Tampoco sé si esto es bueno... Pero sí sé, que ahora mismo, no podría ser mejor...



Pero sobretodo, porque me haces ver que...


Hay sentimientos que nos enmudecen...Imposibles de describir, díficiles de aceptar y a su vez, capaces de facilitarnos el perder la calma...

Hay decisiones que... Sólo el tiempo nos dirá si serviran para:Mirar atrás con una sonrisa, sintiendo una brisa de paz ...en el alma...O, nos servirá para dar marcha atrás, paso a paso recogiendo esas pequeñas partes de nosotros mismos que fuimos dejando en el camino...

No siempre se puede acertar, pero SIEMPRE es obligado arriesgar...

1 comentario:

BadMilk dijo...

Enga, eso, sin miedos nena!